Sunday, March 30, 2014

Eulogy of a great man

Mi Abuelito, mi Héroe, y mi Inspiración:

Desde que yo recuerdo mi Abuelito ha sido el hombre másfuerte, más cariñoso, y más estricto que yo he conocido.  

En México, cuando yo era pequeño, me acuerdo visitar la casa de mis Abuelitos, y me acuerdo sentir un par de emociones diferentes. Por un lado, tenía ganas de jugar con todas las cosas que mi Abuelito tenía como con su máquina de escribir que hacia palabras y que yo me imaginaba que cuando uno escribíaen ella la mente se pegaba en el papel, con su espada decaballería con la cual yo me imaginaba luchando contra piratas en un barco, y también me gustaba ver y leer sus artículos y posters que tenia de cuando él había sido un boxeador y viendo estos yo me creía luchar contra todos aquellos con los cuales el lo hizo tirando puñetazos al aire…

Y por el otro lado, ver a mi Abuelito era también como someterse a una prueba, la prueba de mi madurez como hombre.  Yo tenía que fajarme, peinarme, y tratar de mantenerme limpio durante todo el recorrido desde nuestra casa hasta la de mis Abuelitos.  Cuando él hablaba conmigo me preguntaba quecomo estaba, que si estaba cuidando a mis hermanas y sobrecómo iba en la escuela.  Después de las preguntas, el me decía lo tanto que nos quería, a , a mis hermanas, a mi Mama, y a mi Abuelita.  El siempre, siempre me decía esto. 

Ya cuando tenía más años, y ellos vivían lejos de nuestra casa en Guadalajara, yo me acuerdo que mi Abuelito era un hombre lleno de información, el era como lo que es tener una computadora en estos tiempos.  El me enseño a jugar domino, juegos de baraja como el conquián y el póquer.  Y cuando éljugaba, el jugaba en serio y siempre ganaba.  No creo que haya habido alguien que le hubiera podido ganar alguna vez. El también me daba lecciones sobre la historia y de cómo todo lo que ha pasado se repetirá y también me hablaba sobre lo que yo podía hacer para salir adelante.  

A mi Abuelito Mariano también le gustaba mucho bromear.  Siempre me llamaba diciéndome, “ven, mira esto”, y cuando iba el estaba allí listo y hacia alguna travesura a mi Abuelita, y aunque ella a veces se enojaba para nosotros era muy chistoso.  

Ya cuando nos venimos aquí a Grand Rapids, la relación que yo y mi Abuelito teníamos era una de nostalgia.  Siempre el me decía como le gustaría regresarse para México con todos nosotros y yo no sabía que decirle, lo único que podía contestarle era “si, Abuelito ya vámonos!”.  El se emocionaba tanto que hasta comenzaba a empacar sus cosas.  

Y cuando era hora de terminar nuestra visita en su casa, el nunca nos quería decir adiós, pero cuando nos montábamos dentro del carro, podíamos ver que el salía afuera para vernos partir y se quedaba viéndonos hasta que desaparecíamos en el horizonte todo el tiempo diciéndonos adiós con su brazo.  

Cuando regrese después de mucho tiempo de no haber estado en Grand Rapids, la enfermedad de mi Abuelito ya tenía sus garras clavadas en su mente.  Se le empezó a olvidar todo, y el siempre repetía las mismas preguntas.  Pero había una pregunta en particular que el siempre me hacía y esta pregunta siempre marcara mi vida.  El preguntaba: “Que has hecho con tu vida?” Y si él estuviera aquí ahora, yo podría contestarle: “Abuelito, si yo pudiera llegar a lograr por lo menos una fracción de lo que hiciste y amar como  me amaste, entonces yo creo que mi vida estará completa.”

Mi Abuelito Mariano siempre vivirá dentro de  con su amor y sus palabras.  Y algunas de estas palabras fueron: “El tesoro de nuestra familia ha ido pasando a manos de cada generación…” Yo digo hoy que en nuestra generación, el recuerdo de él con su amor es el tesoro el cual él me había hablado ese día.  

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